Santiago, 30 de Marzo 2022
El enfrentamiento de un episodio de violencia sexual es una situación que requiere de una importante coordinación entre las diferentes especialidades involucradas tanto del ámbito médico como no médico, donde el apoyo psicológico precoz es de vital importancia para iniciar un proceso de recuperación exitosa. El esfuerzo en reducir el riesgo de adquirir infecciones de transmisión sexual luego de un evento de este tipo debe ser maximizado, considerando antecedentes mórbidos de la víctima y del victimario si están disponibles, tipo de contacto sexual, medicamentos y exámenes de laboratorio disponibles en el centro de atención.
El manejo integral debe incluir el estudio y tratamiento de todas las infecciones de transmisión sexual prevenibles. Se debe solicitar a la víctima el tamizaje completo que incluya serologías, cultivos y técnicas de biología molecular disponibles. Es importante considerar que estos estudios reflejarán en su gran mayoría el status de la víctima previo al episodio de violencia sexual por lo que deberán repetirse durante su seguimiento.
Las recomendaciones internacionales en profilaxis para VIH post exposición sexual son bastante coincidentes en los criterios de evaluación, aunque la mayoría la recomiendan solo en aquellas exposiciones de alto riesgo. Los esquemas utilizados son preferentemente en base a tenofovir dispoproxil fumarato con emtricitabina o lamivudina asociado a una tercera droga del tipo inhibidor de integrasa o inhibidor de proteasa reforzado.
En febrero de este año el Programa Nacional de Prevención y Control del VIH/SIDA e ITS publicó la Circular 002 sobre profilaxis de la infección por VIH para víctimas de violencia sexual. En ella se refuerza el concepto de valoración de riesgo del contacto sexual, el inicio precoz de la profilaxis (hasta 72 horas post exposición) y se realizan recomendaciones sobre el estudio basal y conducta a seguir según el riesgo determinado. Se recomienda como esquema preferido de profilaxis la coformulación de tenofovir disporoxil fumarato/lamivudina/dolutegravir (TLD) como régimen de tableta única o bien TDF/FTC o 3TC + raltegravir o darunavir/ritonavir en poblaciones especiales.
Como comité científico concordamos en que un esquema basado en tableta única, en este caso TLD y que se encuentra ampliamente distribuido en el país, sea la pauta de elección en los casos de violencia sexual de mediano y alto riesgo en adultos. El antecedente de osteopenia es irrelevante en esta situación ya que un período de uso de 30 días es marginal en cuanto a la probabilidad de afectación ósea.
En el caso de población pediátrica, la incorporación de la tercera droga (raltegravir) se reserva para contactos de alto riesgo. Sin embargo, al igual que en el adulto, creemos que el uso de tres drogas se debe considerar para contactos de mediano y alto riesgo. Esto debido a que el riesgo en contactos definidos como medianos puede fluctuar entre un 0,08% a un 0,3%. Otro punto relevante tiene que ver con el límite que se establece para utilizar formulación de adulto el cual debiera basarse en el peso del paciente (igual o mayor de 35 kilos) masa que en su edad, pues esta medida se ajusta a la farmacocinética del medicamento.
Es importante que todos los integrantes del equipo de salud, incluyendo pediatras, matronas y médicos de urgencia, estén actualizados en esta recomendación, para lo cual como comité nos dedicaremos a apoyar y reforzar en diferentes actividades científicas.
Por último, es necesario enfatizar la importancia de que las víctimas de violencia sexual sean atendidas en unidades de atención integrales, como son las Unidades Clínico Forenses de alta complejidad, que debieran ser el estandar de atención en todo el país.
Comité Consultivo de VIH
Sociedad Chilena de Infectología