Bienvenidos nuevamente a la editorial de la Sociedad de Infectología.

En esta ocasión queremos destacar el trabajo realizado por muchos científicos en Chile y el mundo para mantener una vigilancia activa de microorganismos en tiempo real, para el combate de epidemias, vigilancia de virus respiratorios y gastrointestinales hasta resistencia antimicrobiana, entre otros.  La vigilancia de aguas residuales ha tomado una relevancia en el mundo moderno abriendo nuevos campos al aprendizaje infectológico. 

Invitamos a leer la edición de la revista de infectología en su volumen 39(6) 2022 disponible en https://www.revinf.cl/index.php/revinf/issue/view/35, destacamos un interesante artículo sobre la vigilancia en SARS-CoV-2 basado en muestreo de aguas residuales en Chile. 

El 29 de abril de 2022  se lanzó una nueva guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ofrece asesoramiento a los países sobre el muestreo y las pruebas para detectar el virus del SARS-CoV-2 en aguas residuales no tratadas como parte de la vigilancia ambiental para complementar las estrategias de control de la COVID-19. Utilizando la prueba PCR para detectar el material genético del virus en las aguas residuales de la comunidad procedentes de los sistemas recolectores de aguas servidas. El documento de orientación de OMS pretende ayudar a los profesionales de la salud pública a tomar decisiones programáticas y basadas en pruebas sobre el valor de la vigilancia ambiental y a comprender sus implicaciones operativas y sus limitaciones generales. Ofrece consejos para establecer un programa exitoso y promueve el intercambio de métodos y enfoques entre municipios, países y regiones.

Consideramos que la vigilancia en aguas residuales es una iniciativa necesaria para conocer en tiempo real las variaciones de virus en la población, lo que permite planificar en corto, mediano y largo plazo estrategias en salud. La monitorización de un grupo importante de patógenos guiado por los consorcios ya creados en Chile permitiría un salto cuantitativo en el uso de la ciencia para la toma de decisiones orientadas a definir acciones y medidas efectivas de salud pública, y porque no, un paso más para trabajar por Una Salud en nuestra región.

Pero como no sólo de aguas residuales vive el hombre. En la editorial de marzo queremos comentar sobre otros patógenos asociados con el agua.  El primer agente que debemos destacar es Legionella pneumophila, bacteria ambiental. Su hábitat es las aguas dulces de lagos y ríos, termas, tinajas, pero también en ventilación y equipos de climatización. Bacilo Gram negativo, posee un flagelo para desplazarse y su crecimiento se ve favorecido por la presencia de materia orgánica.  La mayoría de las personas expuestas a esta bacteria no enferman, sin embargo, la infección por Legionella pneumophila es capaz de producir neumonía grave, sin necesariamente estar en un grupo de riesgo. Durante 2023 se han registrado 4 casos de Legionelosis, incluyendo un fallecido. La subsecretaria de salud pública ha generado un documento (ORD B51 N° 21), solicitando el envío de muestras de aspirado traqueal o lavado broncoalveolar de todos los pacientes que hayan presentado detección de Legionella pneumophila en antígeno urinario. Por lo que invitamos a leer nuestro noticiero infectológico para mayores detalles. 

El segundo agente asociado con el agua es virus del dengue. El dengue se transmite a través de la picadura de un mosquito infectado, el vector se ha visto asociado con aguas estancadas, recipientes con agua, canaletas, neumáticos en desuso, entre otros. Es una enfermedad que afecta personas de todas las edades, con síntomas que varían entre una fiebre leve a una fiebre incapacitante, acompañado de dolor intenso de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolor en músculos y articulaciones, y eritema. La enfermedad puede progresar a formas graves, caracterizadas principalmente por shock, dificultad respiratoria y/o daño grave de órganos. En américa latina, el vector principal responsable de la trasmisión del dengue es el mosquito Aedes aegypti.

Desde fines de 2022 se ha generado una gran ola de contagios, brote particularmente grave en Bolivia. En enero y febrero de 2023, Santa Cruz registró alrededor de un 75% de los 6.455 casos confirmados de dengue que el gobierno boliviano reportó a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) durante las primeras seis semanas epidemiológicas del año. Dentro de las hipótesis asociadas a este brote actual se debe a eventos inusuales de olas de calor, intermitentemente con las lluvias del invierno altiplánico, que predominan durante el verano en la zona, generando un aumento en la reproducción del mosquito. El llamado como sociedad de infectología es estar alerta a los viajeros a zonas de incremento de casos, actualmente se ha reportado en selva de Perú, Santa Cruz en Bolivia, Colombia (Barranquilla, Meta, Tolima, Sucre, Atlántico, Cartagena, La Guajira, Norte de Santander, Córdoba y Huila aportan el 63,9 % de los casos a nivel nacional). Dado que aún estamos en periodo estival, viajes de turismo, pero también migración desde estas regiones de Sudamérica, es que debemos estar alerta. Frente a la sospecha activar los conductos regulares con SEREMI e ISP, para el diagnóstico de arbovirus. 

Se acaban las vacaciones, los días de playa y retornamos a la rutina infectológica y microbiológica, reiniciamos la temporada de cursos. Siéntanse cordialmente invitados a participar de los cursos Novedades Infectología/Microbiología 28 de marzo, V Curso Infectología del Sur 13 y 14 de mayo, XX Curso Microbiología Clínica 22 y 23 de mayo 2023.