Las infecciones fúngicas constituyen una amenaza importante para la salud pública, ya que son cada vez más comunes y resistentes al tratamiento; de hecho, actualmente solo se dispone de cuatro clases de medicamentos antifúngicos y hay muy pocos candidatos en fase de desarrollo clínico. Para la mayoría de los patógenos fúngicos no se dispone de pruebas diagnósticas rápidas y sensibles y las que existen no están disponibles de forma generalizada o no son asequibles a nivel mundial y menos al acceso en Chile.

La OMS publicó recientemente un informe que incluye su primera lista de patógenos fúngicos prioritarios, actualizando el catálogo de patógenos de importancia prioritaria de multidrogoresistencia. La lista OMS de patógenos fúngicos prioritarios (FPPL- fungal priority pathogens list) es la primera iniciativa de ámbito mundial para clasificar sistemáticamente por prioridad los patógenos fúngicos, teniendo en cuenta las necesidades no atendidas en materia de investigación y desarrollo (I+D) y la importancia percibida para la salud pública. Las principales actuaciones recomendadas se centran en lo siguiente: 1) fortalecer la capacidad de laboratorio y la vigilancia; 2) mantener las inversiones en investigación, desarrollo e innovación; y 3) mejorar las intervenciones de salud pública para la prevención y el control.