30 de diciembre 2021

Actualmente en Chile, un número importante de personas viviendo con VIH recibe esquemas de tratamiento simplificados que consisten principalmente en la administración de una tableta diaria. Este tipo de régimen, denominado STR (single tablet regimen) ha contribuido a mejorar sustancialmente su adherencia a tratamiento y por consecuencia también su calidad de vida.

En enero de este año se aprobó por la FDA el primer antiretroviral de formulación inyectable compuesto por cabotegravir y rilpivirina como tratamiento para pacientes VIH sin historia de fracaso a antiretrovirales previos. El primero, un potente antiretroviral tipo inhibidor de integrasa de liberación prolongada que asociado a rilpivirina permiten la administración intraglútea o subcutánea mensual con una altísima eficacia sobre el 90% según los ensayos clínicos ATLAS y FLAIR con los cuales fue aprobado.

El 20 de diciembre 2021, casi un año después, se aprueba también por la FDA la administración de cabotegravir inyectable, pero de manera preventiva como profilaxis preexposición (PrEP) con el propósito de evitar la infección por VIH en personas de riesgo. Esta estrategia farmacológica de un régimen inyectable administrado cada dos meses, comparado con la de un comprimido diario o a demanda actualmente disponible, será una importante herramienta que sin duda contribuirá a poner fin a la epidemia del VIH. En la actualidad a nivel mundial, menos de un cuarto de los pacientes con indicación de PrEP se encuentran ligados a estos programas preventivos. En Chile, a pesar de que un 50% de las personas pertenecientes a poblaciones claves manifiestan una alta aceptabilidad en su uso, aún mantenemos una baja fracción de ellos inscritos en los programas PrEP actualmente disponibles en el sistema público y privado de nuestro país.

La pandemia ha generado cambios en el comportamiento sexual de nuestra sociedad evidenciado en múltiples estudios internacionales que reportan un aumento en las infecciones de transmisión sexual especialmente en jóvenes y sobre todo en períodos postconfinamiento.

Un diagnóstico y tratamiento oportuno y el uso de PrEP junto con estrategias preventivas enfocadas en una educación sexual escolar transversal, que incorpore conocimientos que permitan a jóvenes y adolescentes conocer y entender los riesgos y consecuencias de las diversas infecciones de trasmisión sexual, asociado a un soporte real en salud mental especialmente a víctimas de discriminación, podrían ser los ejes que conduzcan al control sostenido de nuevas infecciones en nuestro país que conlleven a  poner fin a la epidemia de VIH en Chile.

Aporte realizado por Dra. Macarena Silva C.

Coordinadora Comité Consultivo de VIH – Sociedad Chilena de Infectología

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